Recontado por : Nanin Loustau
Habia una vez un niño
hermoso, gordito y muy alegre que vivia
con su família en el interior del Uruguay, al completar siete años sus padres
quisieron ir a vivir en la Capital (Montevidéo) para mejores condiciones de negócios y estúdios.
Compraron una casa
amoblada que parecia un palácio, con pátio y jardín, con lindas flores de
colores.
La habitación del
niño era llena de juguetes antíguos, pertenecientes al dueño anterior.
Paulatinamente el
niño empezó a adelgazar, su estado pareceria como si hubiese contraído una anémia,
los padres muy preocupados llamaron al
médico, que le recomendo reposo,
el chico fué adquiriendo una debilidad, no tenía fuerza para salir a jugar, ni
para ir a la escuela y casi no comia.
Dormía por largas
horas, y a cada día su salud empeoraba,
pasado exatamente un mês, el niño murió, flaquito de tan debilitado, sin causas
concretas.
Los médicos dijeron:
Los médicos dijeron:
_ Posiblemente haya
sido una anémia profunda señores! Lamentamos mucho!
Los padres estaban
extremamente tristes.
A la mañana sigueinte, cuando la sirvienta entró a la habitación para arreglarla, observó que em la
almohada del niño habian unas gotitas de sangre, se asustó y llamó a los padres
del chico:
_ Doña Lucila, Don
Facundo!
_Miren la almohada del
niño!
Entonces les mostro
las manchitas de sangre, Don Facundo muy intrigado dijo:
_Traigan um tijera
rápido! Vamos a ver!
Don Facundo cortó la
funda, y la sirvienta casi se desmajó de horror.
Adentro de la
almohada había um bicho monstruoso, peludo, com uma boca bien chiquita y
dientitos afilados, de un color rojo enegrecido, y todos los días le succionaba la sangre al pobre niño.
Estos bichos suelen
estar escondidos em almohadones antíguos.
Esta história está
baseada en el cuento “El almohadón de Plumas” de Horácio Quiroga, escritor
Uruguayo.